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HASTA LA VICTORIA FINAL



BIENVENIDOS Proletarios del Mundo

A través de los años, han sido los campesinos, dueños de las tierras que dejaron su esfuerzo, sudor y vida en los surcos.Vienen unos cuántos delincuentes de saco y corbata y pisotean sus derechos. Hoy la historia se escribe con sangre...con sangre de Pueblo, con sangre de esperanza. En ANDAHUASI se escribe esa historia :¡NO PASARÁN! por más que compren jueces y fiscales. Hagan su justicia allá, lejos de nuestros hijos, donde no podamos verlos. Si entran, ya saben...NO SALDRÁN.







sábado, 11 de septiembre de 2010

IDL - La Sal de Andahuasi

Edición 201
La Sal de Andahuasi
Gerardo Saravia


Los trabajadores tienen más pruebas que abonan a la teoría de que el Grupo Wong está metido hasta el cuello en la colada
La cuestionada transacción se hizo a través del Scotiabank, empresa bancaria en la que Erasmo Wong aparece como miembro del Directorio

 
El caso de la ex Cooperativa Andahuasi revela los contubernios a partir de un poderoso botín económico: el azúcar.

En este asunto está involucrado uno de los grupos económicos más importantes del país.
El día que el Ministro de Agricultura salió a declarar que existía escasez de azúcar y se debía importar, más de 300 mil sacos se estaban pudriendo en Andahuasi, una de las principales empresas azucareras del país, que, según sus propietarios, abastecen más de la tercera parte de toda la azúcar que se comercia en Lima.
Lo que sucede en Andahuasi parece ser calco y copia de la era de conflictos sociales que ha inaugurado García II: tabla rasa del diálogo y diversos intríngulis judiciales que favorecen a gordos intereses económicos.
La historia de Azucarera Andahuasi dista mucho de ser dulce. Desde hace tiempo sus cañaverales, en vez de cautivarnos con su melaza, cultivan una malaza controversia fiduciaria en la cual están envueltos los grupos económicos más importantes del país. Hace unas semanas, coincidiendo con el aniversario de los sucesos de Bagua, el Estado estuvo a punto de darnos una lección de que no había aprendido nada.
¿Desde cuándo la entrañable y fiel hasta el empalago azúcar rubia se convirtió en pólvora y botín?
El especialista Jaime Escobedo, de CEPES, explica por qué el azúcar se ha convertido en un apetitoso botín:
“El mercado azucarero es altamente rentable; por eso importantes grupos económicos están tan interesados en controlarlo. Según un último informe de la Conasev y del Ministerio de Agricultura, de enero a marzo de este último año el azúcar ha tenido una rentabilidad de 12% en pleno contexto de crisis y desabastecimiento. Pese a que hubo disminución, el sector azucarero tuvo incremento de sus ganancias”.
Los problemas legales, en esta trama, vendrían a ser solo el escenario preliminar de una guerra por el control monopólico de tierras destinadas al cultivo de la caña de azúcar.

Cuando comprar es un placer
Lo que sucede en Andahuasi es solo un episodio más en la disputa de los barones de la caña. Pero es muy expresivo de lo que se juega en nuestro país, y de cómo se juega. El devenir de Andahuasi es el de toda la agricultura peruana. Durante la primera mitad del siglo pasado fue una hacienda de inmensos cañaverales. Con la reforma agraria de Velasco Alvarado la hacienda se convirtió en cooperativa. Pasó el tiempo y otro Chino cambió nuevamente su destino legal y pecuniario. Los tiempos ya no estaban para administraciones. La modernidad sentenciaba conversión a empresas de sociedad anónima. Era finales del siglo pasado.
Por estos tiempos la empresa de sociedad anónima tiene a unos nada anónimos litigantes que se disputan la propiedad de la mayoría de acciones: los grupos Wong y Bustamante, y los trabajadores. El conflicto explotó en abril del año pasado, cuando Eduardo Núñez, entonces Presidente del Directorio, vendió el 20% de las acciones al Grupo Wong. Todo bien, si no fuese porque la transacción fue ilegal: Núñez no tenía la facultad de vender en nombre de los trabajadores esas acciones. Según ellos, nunca autorizaron tal venta.
¿Sabían de esto los Wong? Para Wilder Ruiz, ex miembro del Directorio, los Wong no son ningunos wones, y no solo estaban al tanto de la fraudulenta transacción sino que ésta fue digitada por ellos:

“Núñez vende un paquete de 50 millones de acciones al valor de un sol por acción; la estafa consiste en que lo hizo a título personal, porque nunca hubo una junta general que aprobara esa venta. Según la ley, nosotros debimos autorizarlos, lo cual no ocurrió. Sería absurdo pensar que los Wong no estaban al tanto. Ellos son empresarios que tienen varias empresas que cotizan en bolsa y dentro de la ley. No son nada tontos. La estafa estaba conversada, concertada y bien proyectada, pero nosotros nos dimos cuenta a tiempo”.
Los trabajadores tienen más pruebas que abonan a la teoría de que el Grupo Wong está metido hasta el cuello en la colada.

La cuestionada transacción se hizo a través del Scotiabank, empresa bancaria en la que Erasmo Wong aparece como miembro del Directorio.
“De los 70 millones que era el paquete completo que pretendía vender Núñez, 50 estaban en la Scotia bolsa y 20 en agencia Investa. Núñez autorizó la venta de 70 millones y 50 pasaron, porque Scotia estaba relacionado con los Wong, pues Erasmo es director de Scotiabank; pero Investa neutralizó los otros 20, y nosotros llegamos a cautelar esos 20 a través de Conasev”, manifiesta Ruiz.
Precios más bajos, siempre
¿Significa que los de Investa fueron probos al detectar la irregularidad de la transacción? No, güey. Lo que sucede es que en el Directorio de Investa se encuentra Manuel Bustamante, miembro del grupo Bustamante, otro de los socios de la conquista del azúcar andahuasina.

El año pasado este grupo hizo que los trabajadores de Andahuasi vendieran sus acciones a un sol, precio arbitrario pues se saltaron los pasos que el organismo encargado de este tipo de transacciones establece. Según el reglamento de Conasev, para hacer una venta de acciones superior al 25% debe haber una OPA (Oferta Pública de Acciones) para que el trabajador-accionista pueda decidir venderle la acción al mejor ofertante.

Pero los trabajadores de Andahuasi cometieron un ¿error? En su controversia con el Grupo Wong se aliaron con los Bustamante, entre quienes se encuentran algunos personajes conocidos, como Hernán Garrido Lecca. La confianza les terminó saliendo cara…

Conasev le ha terminado dando la razón a los trabajadores de Andahuasi: su investigación ha encontrado serias irregularidades en estas operaciones.
Sin embargo, en nuestro país las leyes parecieran dar para todos los gastos (perdón, gustos). Lejos de procesarse este ilícito (como suelen llamar los abogados a los fraudes), el juez Humala Trigoso ordenó desalojar a los trabajadores de su empresa para (im)poner a Carlos Rivas, el hombre que, junto a Eduardo Núñez, habría hecho el fraude a los accionistas-trabajadores de Andahuasi.
El ambiente en Andahuasi está sumamente cargado. Si uno se pasea por los diferentes portales periodísticos, encuentra acusaciones de uno u otro bando. La verdad es difícil de dilucidar. Las acusaciones contra Wilder Ruiz y Cía. están a la orden del día. A Ruiz se le acusa desde robo, salir con vedetes y hasta de violador, pero hasta el momento ninguna de esas denuncias se ha corroborado. Si nada de eso tiene asidero, se trataría de otra de las herencias de la década-Fujimori: el uso del periodismo como ventilador con barro. 
Hace unos días la sangre estuvo a punto de llegar al río en la ex hacienda. Si la orden del juez se cumplía a rajatabla, hubiera habido un enfrentamiento masivo entre policías, trabajadores y el pueblo de Andauasi.
Si tal cosa hubiera sucedido, estas líneas serían un responso, de esos que nos encantan a los periodistas. En ese caso, tengan la seguridad de que los medios de comunicación no habrían escatimado reflectores a lo consumado. Sin embargo, una oportuna orden judicial atemperó el ambiente: se nombró administrador judicial a César Chavesta, quien es parte del grupo de trabajadores que litiga en contra de los Wong y los Bustamante.
Dijimos que la sangre estuvo a punto de llegar al río, pero en realidad en Andahuasi la melaza hace mucho que tiene color rojizo-coagulado. La suma llega a cuatro que también son motivo de disputa. Los trabajadores le echan la culpa a grupos paramilitares contratados por Wong y Cía.
Lo curioso es que en uno de los tantos episodios, cuando la Policía fue a desalojar a los trabajadores, la gran prensa tituló: “Se atrincheran en Andahuasi”. Resulta cuando menos extraño que trabajadores se atrincheren en una empresa que les pertenece y, más aun, cuando existe todo este precedente de negociaciones engañosas.
A pesar de la orden de administración judicial, las cosas siguen pintando color hormiga. Los trabajadores han tenido que proteger al juez que dio esa sentencia para que pueda laborar tranquilo. No obstante ello, las denuncias de corrupción van y vienen de todos los lados. Tanto el juez Humala Trigoso, que dio la orden de desalojo a favor de Núñez, como el juez Manuel Jara, que dispuso la administración judicial, son acusados de corruptos.
Según Orlando Baldeos, otro de los dirigentes de Andahuasi, el Grupo Wong quiso sabotear la administración judicial depositando el dinero en el banco correspon-diente a los sueldos que les adeudaban a los trabajadores.
Si los trabajadores cobraban ese dinero, la administración culminaba, ya que el objetivo de la administración judicial era terminar de pagar la deuda con los trabajadores:
“Cuando el juez Jara da la resolución, dice que se tenía que pagar el monto adeudado a nosotros los trabajadores, que era más de nueve millones. Los Wong hicieron ese depósito para que la gente se cobrara y la administración desapareciese. Nosotros dijimos que no íbamos a tocar esa plata porque Wong no tenía nada que ver. Ellos han comprado a jueces y fiscales y han hecho que la Policía nos decomise 6.300 sacos de azúcar y 36.000 litros de alcohol”.
Hechos por aclarar

Andahuasi no puede convertirse en un enrevesado cañaveral sin salida. Existen hechos que, por su gravedad, deberían ser aclarados por un Poder Judicial probo. Días después de la muerte de los cuatro trabajadores de Andahuasi, la Policía hizo una redada en la zona en la que los hallazgos de armas y municiones no fue lo único llamativo. Una camioneta de Scotiabank podría convertirse en el hilo de la madeja. Erasmo Wong, como hemos indicado, es uno de los directores de dicha empresa. Los dirigentes de Andahuasi insisten en que el Grupo Wong contrató a los paramilitares.

Pero el poder económico de los Wong y de los Bustamante no sería con lo único que tendrían que lidiar los dirigentes. Existe un video que grabaron en una de las audiencias en el que se escucha al juez Humala Trigoso diciendo que había recibido llamadas de las altas esferas para que los ayudara a resolver el caso. Las llamadas, de acuerdo con el video del juez, eran del primer ministro Velásquez Quesquén y de un tal Alan García.
Nunca el azúcar había sabido tan mal. Salada.

Fuente: